Other Night (privado)

Aun me preguntaba, ¿por que yo?, no entendía bien el por que de las cosas, el ser lo que era, no era exactamente un regalo o por decir así “toque de suerte”, mi inmortalidad no era del todo placentera ni tampoco la disfrutaba,estar solo, no era ninguna ciencia, mas bien, si lo era, nunca había estado tan solo como lo estaba ahora. En mi vida humana, siempre estaba acompañado, aunque fuera por el odioso de mi hermano a quien yo tenía miedo, pero estaba con alguien, o simplemente tener una compañera o compañero de amigo me haría mas feliz de lo que podría ser en mi eterna vida. Pero todos sabían que eso seria muy imposible para mi. El tener miedo a quien era, me impedía muchas cosas, como saludar a alguien y ponerme a tener una conversa o simplemente movermi mano como saludo, ya que llamaba mucho la atención mi forma deser, y lo “bello” que podía llegar a ser.


Pase mi mano una y otra vez por mi nuca, re moviendo mi cabello negro con mechones blancos, si era verdad, era algo vanidoso, me gustaba verme bien, ademas, me gustaba bastante el estilo un tanto Dark que tenia, lo encontraba justamente perfecto para mi, o quizás me estaba pasando con mi vanidad y simplemente veía solo lo que yo quería ver. Abrí los ojos en ese momento en que aquel pensamiento me hizo darme cuenta de que quizás estaba mal conmigo mismo. Nah... solo era un pensamiento, hice un gesto con la mano como si estuviera exagerando y sin hacer nada mas,salí del departamento en donde vivía, saliendo a la calle para encontrarme con unos 4 pared de ojos volteando hacia a mi, un grupode chicos estaban mirándome de forma seria y intimidan te, aunque la verdad no me asustaba, sabía que podía llegar a defenderme solo, no era una ciencia ser vampiro y no saber como pelear, aunque un simple empuje podía llegar a ser fatal.


Seguí mi camino, lento y solitario,con mis manos en mis bolsillos de mis vaqueros, mire enfrente con la cara relajada, observando a las personas que pasaban por mi lado disimuladamente, aun me sentía uno de ellos, aunque sabía que no loera, pero si me conocían seguía siendo yo en todo momento, solo con el cambio de tener que asesinar para vivir, lo que yo antes,encontraba totalmente horrible. Pero!, menos mal que había comido hace ya un día, por lo que no tenía nada de hambre ahora, era detripa delgada por lo que no necesitaba tanto comer. Entre al parque,me gustaba estar hay, me hacia sentir bien y tranquilo, iba directamente a la banca que siempre solía estar, me senté, apoyandomi espalda en el banco y juntando mis manos para mirar hacia enfrente y morder mi labio levemente, pensando en que sería de mi, si yohubiera muerto. Simplemente eran pensamientos que no podía evitar tener, no podían culparme por eso, era tanta la costumbre de pensar en mi muerte, que hasta a mi se me hacia realmente aburrido pensarlo. Un día nublado, era mi día perfecto, pero bastante triste.
-Se parece a la noche que te conocí.-susurre al cielo, ella debía estar muerta ya, Lilian se llamaba, erauna chica que fue mi compañera en mi instituto, habíamos pasado unaque otra cosa juntos, aunque fueron bastante bonitos recuerdos conella, algunas veces, esperaba que ese sentimientos de calor ytranquilidad, el mismo que sentí con ella, lo volviera a sentiralguna vez, con quien fuera.

9:34 de la mañana. 16 diciembre de 2010.

¿Qué hacia en San Petersburgo?

Eso mismo me estaba preguntando en aquel momento que mi mirada se poso en una fila de arboles que pasaban de corrida por delante de la ventana y se perdían cuando llegaban al limite de ésta. Apartando la vista de la ventana la fui a posar a mi maleta y de ésta saqué una carpeta de color violeta con los bordes en negras. Abriéndola saqué un folio que tenia escrito un par de cosas, pero absolutamente nada interesante. El haberme quedando esperando hasta que el autocar llegara y luego arrancara no me había servido, no se me me había ocurrido escribir nada interesante para mi siguiente canción.

¿Y si no volvía a venirme la inspiración? Repetía mi subconsciente mientras apretaba los labios debido a la frustración y volvía a dirigir mi atención a una mujer que iba con su hijo en el mismo autobús. Éste no había parado en todo el viaje de molestar al otro pasajero que se encontraba sentado delante suya, mientras el hombre dirigía fieras miradas a la madre para que parase de una vez. Era curioso como la madre reñía a su hijo, pero éste volvía a la carga rápidamente volviendo a molestar al otro pasajero.

Volviendo nuevamente toda mi atención al papel empecé a escribir lo primero que se empezó a ocurrir por la cabeza. En un largo trascurso de tiempo pude escribir varias linea y incluso el empiezo de un estribillo. Levantando la barbilla y apartándola del papel me fui dando cuenta de que la gente empezaba a levantarse de sus respectivos asientos, siguiendo a continuación por el estrecho pasillo hasta que salían por las puertas delanteras y traseras. Agarrándome a los reposas brazos me erguí y cogí seguidamente la maleta que rápidamente me colgué al hombro.

Pisando tierra firme miré a mi alrededor con los ojos de par en par, no por que no estuviera acostumbrada a estar en ciudades grandes, si no por que no se parecía San petersburgo a Tokyo en nada. Era como estar en mundos completamente diferentes.

El llegar hasta el hotel fue simple, como del mismo modo dar mis datos y que cargaran esta noche y la siguiente en la tarjeta. El recepcionista me entrego la llave en la mano y acto seguido me marche, subiendo las escaleras hasta la segunda planta. En llegué a la segunda planta giré a la derecha y avancé, encontrándome a unos ochentas pasos la puerta que me llevaría a mi habitación. Colocando la llave en la cerradura la abrí, girando ésta hacia la dirección correspondiente y entré, dejando la maleta en el suelo y cerrando la puerta a mi paso.

Sin pensármelo dos veces me tiré en la cama y cerré los ojos, quedándome dormida a los pocos minutos. Pasada unas cuantas horas me desperté, abriendo los ojos aun dormida. Cuando sopesé el asunto de la discográfica y como debía levantarme al día siguiente tan temprano, al final decidí dar una vuelta por la ciudad. Si no sabría de sobra que acabaría aburriéndome lo más grande en la habitación al encontrarme sola.

Saliendo de la habitación llegué al pasillo y luego bajé las escaleras a toda prisa hasta que al final del pasillo me encontré en frente de la puerta de éste. Miré primero hacia un lado y luego al otro. ¿Cual debía coger? Echándolo a suertes acabé cogiendo el camino hacia la derecha, siguiéndolo hasta que me encontré de frente con una enorme plaza. En ella había varias parejas paseando, mientras que otras por otro lado se encontraban sentadas el unos banco. Luego se encontraban mujeres sentadas en un banco, hablando tranquilamente mientras sus maridos hablaban de otra cosa. Mientras iba avanzando por el estrecho caminito me percaté de algo curioso o que pareció extraño; en uno de los bancos se encontraba un joven sentado, con la cabeza levantada mirando hacia el cielo como si hubiera visto algo.

¿Qué esta haciendo? Pensé mientras me iba acercando a punto de mira.

Era raro, nadie absolutamente nadie, se movia, bueno, me referia a que todos estaban esteticos en sus lugares, asientos, aunque casi no habia nadie ya que una de las 5 parejas que habian mas alla se habia ido ya que al parecer había pensado que yo les acosaba con la mirada o algo parecido, pero no podían culparme por tener tanta curiosidad, ya hace bastante que se me había olvidado el sentimietnos de querer o amar a alguien, era triste por un lado, ya qeu solo recordaba que era feliz con aquel sentimiento. Ademas de que sabía que alguien me queria, no como ahora, que solo soy yo y mi mundo, me sentía realmente solo, era desesperante a veces. Y Mas cuando necesito de alguien con quien poder charlar o desahogarme.

Seguí observando a las parejas, pero... con mas disimulo, por que ya sabia yo que terminarian llendose todas una por una, aunque de cualquier forma se irian, ya que empezaba a hacer bastante frio para quedarse aqui en el parque sentados sin hacer nada, de seguro a mas de alguna se le subira el calenton y terminaran en un hotel o en una casa, rodee los ojos, siempre pasaba lo mismo, las mujeres y sus calenturas, despues nos hechaban la culpa a nosotros de que eramos los que provocabamos cosa que no es cierta.

Subí mi vista al cielo estrellado denuevo, observandolo con tranquilidad, bastante tranquilidad, viendo tantas estrellas que no sabi cual de todas era la mas hermosa, todas tenian esa luz que me tranquilisaba, aunque era triste por que recordaba demaciadas cosas. Olfatee algo, pero ese algo venía solo, ya que no se escuchaba pasos de nadie mas que de ese algo, mas bien, chica, ya que ese perfume suave y dulce solo podía usarlo una chica, baje mi rostro y mire hacia donde provenia aquel olor. Y como si fuera obivo, hay estaba, acercandose y mirandome fijamente, ¿me habria visto algo raro?, ajajajaja, que chiste, ya sabía yo que deseguro le atraje como un iman....

-Hola.- dije apenas estubo cerca, ¿que podia decir aparte de aquello?, no pretendia quedarme callado sin hacer ni decir nada, aunque no la conociera, deseguro seria algo timida si no le hablaba, pero no le observe, me daba algo de miedo encontrarme con sus ojos y terminar por dejarme llevar por las ganas, la exitacion de querer comerla. Sacudi mi cabeza, haciendo que mi cabello se moviera y suspire mordiendome el labio lentamente.

En mi vida podía haber visto mucho, incluso había fisgoneado por sus propias vidas cuando me tenia en proceso algún que otro trabajo que debía entregar en un plazo limite, pero jamás había sentido ningún solo interés por nadie hasta ahora. Ojala, justamente en éste momento me hubiesen pedido que me colocara delante de un portátil y una red, para poder poder averiguarlo todo sobre ese especímenes que tenia delante de mis ojos. ¿Por qué? Sin sinceramente lo se, no tenia la más mínima idea de el por qué pero todo lo que pudiera rodear a ese joven me parecía... ¿Fascinante?

Permaneciendo aun quieta y detrás de aquel árbol fui observándole, viendo como levantaba su rostro hacia el cielo y se quedaba mirando la luna como si fuera la ultima vez. ¿Se estaría muriendo? Por alguna extraña razón no lo sentía así, sin embargo su blanca piel casi porcelainica me indicaba claramente que algo no iba bien. Al escuchar su “Hola” en un primer momento no supe como reaccionar, no tenia la menor idea si debía quedarme quieta sin que me viera, sin embargo eso no era lo más lógico teniendo en cuenta de que me había saludo. ¿Cómo o cuándo se había percatado de mi presencia si no había hecho ningún ruido y tampoco me encontraba excesivamente cerca para que me viera... ademas las luces de las farolas no estaban dando en mi dirección por lo que era matemáticamente imposible que me hubiese visto.

Alejándome del árbol dejé que parte de la luz que existiera me diera, apareciendo mi silueta cuando me anduve varios pasos hacia él y me crucé de brazos.-H... hola. dije secamente en ese momento que mis ojos se encontraron con los suyos cuando rodee el banco y observé que miraba hacia el cielo.-¿Algo interesante ahí arriba? Al no tener una respuesta inmediata acabé mirando al cielo y cuando de pronto volví a bajar mi barbilla, pero no hubo respuesta. ¿Era ciego o algo?-...