18 Mayo, después de un largo día. ¿Qué más me puede suceder? (Brisa *__*)

Músiquilla

Los acontecimientos ocurren por una razón, como del mismo modo cuando conocemos a alguien. Todo puede fluir con normalidad y que dicha relación se fortalezca. Pero existen casos en los que se enfrían hasta un punto que no la volvemos a ver más.

El haber estado trabajando durante tantos meses me había abierto los ojos y mi punto de vista hacia los demás. Como también había conocido a buenas personas, las cuales en un futuro las querría a mi lado de una forma u otra. Aparte de eso también había reunido un dinero, que para que vamos a mentir no me venía para mal. Si no todo lo contrario.

Con una bandeja en la mano me acerqué a una de mis mesas y dejé encima las bebidas que me habían pedido. Luego fui a la mesa de al lado donde había sentada una nueva pareja que había llegado hacia unos escasos minutos. Cogiendo sus pedidos los apunté en la libreta y luego me volví a la barra, donde le entregué el pedido a uno de los otros camareros para que se lo entregara al cocinero. Así fue toda la noche, cogiendo pedidos y entregándolos cuando éstos estaban hechos y listos para comerlo.

12:55 de la noche. Sábado 18 de mayo.

Con la chaqueta vaquera en el brazo y abriendo la puerta del local para salir.-Yo ya me voy, ¿Seguro que no queréis que os ayude a cerrar del todo?. Pregunté con una voz indecisa mientras esperaba.

-Venga ya Ren, no seas pesado y vete ya de una vez. De verdad que podemos encargarnos nosotros. ¿O nos consideras unos inútiles?. Saltó de pronto mi compañera que se llamaba Akari.

-¡Yo no eh dicho eso!. Dije refunfuñando en aquel momento que empezaba a salir hacia la calle de una vez. Cerrando a mi paso la puerta de cristal inicie la caminata hacia la estación. Afortunadamente esa noche era sábado, por lo que la ultima hora en la que pasaba el metro era a las 2 de la madrugada. El trayecto hasta la estación subterránea fue un camino muy corto, apenas fueron unos diez minutos cuando ya estaba viendo la entrada de las escaleras. Bajando las escaleras llegué a la taquilla donde se compraba el boleto y podía volver a pasar cuando pasabas éste por una banda magnética. Atravesando el torniquete seguí mi camino por el largo y estrecho pasillo, por el cual seguían circulando mucha gente hacia mi misma dirección o en el sentido opuesto, para salir de la estación. Llegando a la zona de espera donde había también bancos a los costados, me senté para ponerme a esperar. Aunque en realidad no sabía por que lo hice, si a los pocos minutos vendría otro metro que me llevaría de vuelta a casa.

Esperando a que pasaran los minutos no vi en ningún momento que algún metro se parara en esta estación. Si no que seguían su camino apareciendo y desapareciendo entre las paredes, como si fueran enorme gusanos de metal.

¿Eran la 1 de la madrugada verdad?

Pensé para mi mismo mientras miraba mi reloj y comprobaba de que era dicha hora. Luego levanté mi barbilla hacia donde estaba colgado el cartel de las horas y comprobé, para mala suerte, que éste permanecía apagado. ¡¿Apagado?!

-¿Estarán de coña no?. Me maldije por mi maldita mala suerte en ese momento que me levantaba del asiento y miraba a mi alrededor, que sin saber como me encontraba solo allí. ¿Dónde se había metido todo el mundo?.

El comienzo de mi vida no habia sido otra cosa, sino el fruto del amor entre dos personas, las cuales me estaban dando la bienvenida a un mundo, quizás no fuera lo perfecto que todos desearían para lo que mas aman pero al fin de cuentas estaba viva y mis ojos me hacia ver todo lo que sucedia a mi alrededor. Mis pequeños ojos los cuales todo lo veía con inocencia pero no duraría mucho, mi rapidez al crecer hacia que todo girara demasiado deprisa para mi. Cuando me quise dar cuenta ya tenia la adolescencia en mis pasos marcando destino y rumbo, al vez por eso se esmeraban en aconsejarme y enseñarme todo de la vida aun ritmo frenético.

Pero mis ansias de investigar y conocer mucho mas del mundo no se quitarían de forma tan fácil, sabia que tenia que seguir aprendiendo y que mejor manera era investigar, mi padre habia vivido sus días asi de nomada hasta que conoció a mi madre quien le cambio toda su vida pero quien me iba a decir a mi que su sangre revolucionaria corria por mis venas con mas ganas de explorar y mil cosas por descubrir, parecía un atajo de nervios dentro de mi. Por mas que lo intentaba siempre habia lago que me lo impedía pero no sabia como pero sabia que lo haría tarde o temprano. Al fin de cuentas como nadia habia podido detenerme dudaba que durara mucho en casa.

Lo mas fácil que habia era cuando mis padres se iban de caza, era mi momento propicio para escaparme e investigar, sabia que no les gustaba que saliera sola por mil motivos que siempre me habían dicho “ es peligroso” esa era la palabra clave pero ya el peligro era el contener mis ganas y no saber por donde iban a salir. No podía ir muy lejos tampoco para poder tener controlado a mis padres con la escusa de que no habia hecho nada o me preguntaran que habia hecho. No me gustaba mentirles o bueno mejor dicho ocultarles información, pero vivir encerrada por mi condición no era justo, solo porque hasta yo misma era un peligro para cualquier humano.

Pero sabia que en algún momento todo me cobraría, acabe alejándome tanto que no sabia ni como regresar, segui andando a ver si encontraba algún camino de vuelta, no conseguía visualizar algo familiar por ningun lado y por mas que intentaba controlarme, me estaba poniendo muy nerviosa mas de lo que pensaba. Cuando llegue a la orilla de una carretera me fije detenidamente en los vehículos que pasaban, justo uno bastante grande, por curiosidad me meti dentro y el sueño acabo venciéndome, tenia muchas horas sin parar y encima estaba cansada de no dormir.

No sabia porque habia tanto movimiento y me fue imposible abrir la puerta del camino por la cual habia entrado pero no quería armar escándalo para llamar la atención, me quede en una esquina asustada e intentando oir lo que pasaba a mi alrededor . Todo parecía una pesadilla que nunca iba a despertar y por mas que quería hacerlo no podía. Mi respiración se agitaba por momentos y sin darme cuenta mis mejillas comenzaron a humedecerse a causa de las lagrimas que brotaban de mis ojos. Saque mi móvil de mi bolsillo y por mas que lo intentaba no conseguía nada, no lo veía. Me contuve un poco pero lo único que consegui fue ver que no tenia cobertura dentro de aquella enorme nave. Note una ligera presión en los oídos, un zumbido con fuerza de algo extraño.

No sabia cuanto tiempo llevaba allí dentro pero si note como comenzaba a moverse de nuevo el camión por sus propias ruedas, es mas el mismo motor me lo indicaba. Cuando note que llevaba rato andando me baje rápidamente de el abriendo de una patada las puertas, me tire al frio asfalto comprobando todo a mi alrededor, un coche venia justo frente a mi, me cubri los ojos al ser deslumbrad apero seguía intacta no me habia pasado nada, todo estaba tan oscuro. Corri hacia la cera y mire alrededor todo lleno de luces escandalosas y destelleantes, cada paso significaba algo nuevo en cada esquina.

No es oro todo lo que reluce… y era cierto esa frase, cuando vi a un grupo de chicos me acerque para preguntarle si sabia donde estaba pero lo primero que hicieron fue uno de ellos caminar a mi alrededor como si fuera un trozo de carne que se fuera a comer, poco después otro se acercaba de forma rara, fui a retroceder pero me fue imposible ya que me sostenía. “seras buena diversión, eres muy hermosa” como pleno reflejo abri la boca mostrando mis colmillos y gruñendo pero parecía no sorprenderles lo mas minimo, eran simples humanos pero el miedo de ese momento me impedía reaccionar como normalmente haría. Hice un giro algo fuerte y Sali corriendo, vi unas escaleras pero no me fije en nada alrededor o cualquier indicación, sino baje, cuando mire habia mucha luz y parecía una cueva, no entendía nada donde estaba y que era eso… donde estaba? Y mis padres? Donde estaba mi hogar? Preguntas a las cuales yo me habia arriesgado a no saber.

Tenia la respiración bastante agitada y no sabia que hacer estaba como media paralizada, solo miraba a mi alrededor, cuando sentí el olor de otro humano cerca. Lo mire no muy lejos de mi, mis ojos se expresaban con miedo, la respiración completamente agitada. Retrocedi lentamente hasta acabar contra una reja detrás de mi, me quede mirándolo casi mostrando mis colmillos pero aun asi tuve que tener cuidado, oi como corrian los que me perseguían por allí. Mire de reojo a las escaleras con la esperanza de que no bajaran. Mas bien rogaba porque no lo hicieran.

Sin esperarnoslo ni siquiera pueden aparecerse delante de nuestros ojos sucesos que nos superan, que nos hagan dudar aunque sea durante unos segundos a pesar de que nuestro propio orgullo o cuerpo reaccionen de una forma totalmente diferente: A eso se le llama el miedo.

Cuando finalmente pensaba volverme por donde había venido y coger un taxi para volverme a casa, algo inesperado sucedió. Bajando a toda prisa y desesperada apareció delante de mis ojos una chica, esta por su expresión y nerviosismo parecía que no se encontraba bien... ¿Qué habría sucedido? Me dije en mi mente mientras la observaba desde una distancia prudente, ya que no quería asustarla. Agudizando el oído un poco observé como se podían escuchar en el exterior voces, como si estuvieran buscando algo que hubiesen perdido. ¿La estarían buscando a ella? No podía ser cierto.

-¡¿Dónde se habrá metido?! Dijo una voz en la calle, muy cerca de la entrada del metro. Mientras me encontraba pendiente de lo que ocurría allí fuera me quedé mirando a la chica, que por cierto, no conocía de nada. De pronto a aquella pregunta le fue respondida por otra que era mucho más grave.

-¿No sera que se a escondido en alguna parte?.pregunto la otra voz mientras se escuchan pasos muy cerca nuestra. Debían estar a varios metros de la entrada del metro.

Acercándome a ella con lentitud y permaneciendo a una distancia prudente le pregunté rápidamente:-D... disculpa mi atrevimiento, pero... ¿Por casualidad no estarás en problemas verdad?. Esperando su respuesta deje la mochila en el suelo y continué observándola, dándome cuenta de que estaba aterrada como era capaz de expresar sus propias facciones. Seguramente le habría sucedido algo. ¿Pero el qué? Por mucho que tuviera imaginación y mi propia hermana me lo dijera, no era lo suficiente avispado para creer que alguien pudiera hacerle algo malo a una chica. Eso estaba verdaderamente mal. ¡Muy mal!-Las voces que se escuchan ahí fuera... ¿Son debido a que te están buscando?

-Estabas aquí. ¿dónde te había metido preciosa?

Cuando creía que me iba a responder a mi pregunta algo sorprendente sucedió, unos pasos empezaron a sonar y si mi oído y el centro de la orientación no me fallaban, se dirigían directamente hacia nosotros. Luego de eso la misma voz de antes la volví a oír, solo que en este caso, se trataba ya dentro y frente nuestra, por lo que pude ponerle una cara. Se trataba de un joven de más o menos mi edad, si no solo me sacaba un par de años. Su estatura era baja, de un 1,65 y su apariencia no era precisamente fuerte, si no todo lo contrario. En cambio, el otro chico que le acompañaba era mucho más alto y fuerte, mas parecido a una mole. Si era el quien le había contestado a la pregunta desde luego le pegaba una voz tan grave. Aunque podría tratarse perfectamente de otra persona que aun permaneciera en el exterior y esa posibilidad tampoco había que descartarla.

-¿Quién demonios eres tú? Preguntó el más pequeño de estatura en cuanto se percato de mi presencia. Sus fieros ojos se fijaron en mi figura en cuanto me moví un poco para ponerme entre aquella muchacha y esos chicos. Sabía perfectamente que eso era peligroso, pero no podía hacer mucho más que eso. No iba a dejar a una chica indefensa. ¡Eso estaba en contra de mi naturaleza y creencias!

-Dejadla en paz... ¿No os da vergüenza perseguir de esta manera a una chica? Manifesté en voz medianamente alta para que se enteraran, pero no excediéndome tampoco. Creía que no hacía ninguna falta, si eran personas con un mínimo de corazón serían capaz de hacerme caso. ¿O no?

Una risa forzada salio del aquel pequeño cuerpo cuando empezó a caminar hacia mi dirección, sus pasos eran vacilantes y llenos de chulería, como su misma palabrería.

-¿Pero que dices estúpido? Gritó para que me enterara, por que otra lógica no le encontraba a aquellos vociferados que pegaba hacia mi dirección. Ya quedándose muy cerca de donde me encontraba, y con aquella muchacha a mi espalda, la miré de reojo mientras notaba como toda la tensión salia disparada por todos lados. En esa fracción de segundo donde me quede embobado mirándola sentí un fuerte golpe en el estomago, mi propio cuerpo se doblo fruto de aquel agonizante dolor que me hizo pegar un grito. En menos de una milésima de segundo me encontraba en el suelo, jadeando y sin poder moverme debido a que había colocado aquel chico su bota encima de mi cabeza.

¿Podía ser aun más patético?

Estaba lo suficientemente agobiada y muy ahogada con mi propia respiración como para estar atendiendo lo que pasaba a mí alrededor, demasiados olores en una mezcla descomunal, gente que no conocía y aun así no podía evitar sentir una fuerte presión en el pecho… seria del miedo? Pero como podía tener miedo sabiendo que era mas fuerte que ellos, me sentía muy vulnerable ante todo. Si estuviera con mis padres, todo seria muy diferente, ahora tenia que cargar con las consecuencias de mi tontería. Acorralada en un mundo que no conocía, no había nadie como yo y menos saber donde encontrarlos o donde exactamente me encontraba. Cuanto me había alejado de casa? Estarían mis padres tan enfadados? Esas preguntas dominaban mi cabeza.

Mi pecho subía y bajaba con total rapidez, bombeando mi corazón a su máxima velocidad y mis ojos parecían desorbitados mirando hacia todos lados. La mirada se clavo en aquel chico de cabellos oscuros que se acercaba a mi, me pegue mas a la pared como si fuera a atravesarla pero casi hice intención de mostrar mis colmillos, cuando las voces de fuera me despistaron totalmente. Sabía que estaban cerca y no dudarían en encontrarme fuera lo que fueran a hacer conmigo, pero porque sin más la habían tomado conmigo si yo no les había hecho nada y ni los conocía. Nadie me daría la respuesta a tan pregunta irracional, no era una tontería o tal vez si pero me quede observando al chico… Entre abrí los labios como para articular palabra pero me fue imposible casi hacerlo.- yo... y…- ya era el propio nudo de la garganta que me impedía hablar y responderle.

Gire la mirada por las escaleras por las que había bajado al seguir oyendo esas voces, que problemas me había metido si no había hecho nada, solo estar mas perdida que nadie. Lo único que quería era volver a casa o al menos saber que vendrían por mi y estaría segura junto al cuerpo de mi madre el cual me arrullaba en los malos momentos y me encantaba con su suave voz, la voz de mi padre tan profunda pero a la vez me transmitía tanta seguridad que no pensé nunca que fuera tan débil sin ellos a mi lado. Tenia que pensar que ahora que no estaban ellos allí era como una prueba para demostrar que yo sola me valía. En un despiste de mirar del nuevo al chico, esa escalofriante voz que antes me había atacado ahora estaba allí a la misma altura y visible.

En ese momento la situación era muy tensa, tal vez era yo la causante de todo eso pero el pensar que se me volvería a acercar se me puso la carne de gallina. Cuando vi el gesto de interponerse entre ambos me quede algo extrañada, porque hacia intención de protegerme si no me conocía de nada? Que oportunidad tenia contra esos matones… No podía dejar que le hicieran daño, sabia que estaría luchando una guerra que no era suya y no iba a permitir eso. Cuando vi como se acercaba a nosotros no sabia bien que hacer estaba como media desorientada casi sin moverme a penas.

Mis ojos se abrieron como platos cuando vi que el chico que me estaba protegiendo cayo al suelo doblado por el golpe que le habia apropiado el otro chico. Me agache a su lado mirándolo.- estas bien?¿.- pregunte preocupada, volvi la mirada hacia arriba, su bota sobre su cabeza. Me puse en pie con rapidez y lo empuje.- dejalo en paz.- exigi comencé a gruñir mostrando mis colmillos aunque no sabia si surtiría efecto ya que la otra vez habia sido intento fallido. Aprete con fuerza mis puños mirándolos con rabia interponiéndome entre ellos y el chico en el suelo. No sabia que hacer exactamente solo me quede protegiéndolo de acualquier daño, ya le habían dado por mi culpa y por protegerme.

Supuestamente son muy pocos los que se arriesgan por amor, pero si tienes fe lograras por que eso lo es todo. Sin embargo, puede ser que caigas en un huracán que te golpes y no puedas responder a esa situación como nos habían enseñado desde pequeños.

En medio de aquella oscuridad que se estaba adueñando de mi ojos escuché una voz de protesta, según era capaz de captar era aquella chica gritándole al joven. Luego vino un golpe sordo y varios pasos hacia una dirección, mientras que un cuerpo se agachaba a mi lado y colocaba sus manos encima de cabeza. Con un tono de preocupación me preguntaba si me encontraba bien, algo que se estaba viendo a sin prevista de que no era así.

-¡Seras puta! ¡¿Qué coño te crees que haces imbécil?! Gritó furioso aquel joven que fue directo hacia la chica y la empujó, cogiéndola del brazo para separarla del lado de el japones que se encontraba tirado en el suelo.-¿Quién te crees que eres? ¿Acaso quieres que te pegue a ti también?

-¡NNnooooooooooo! En cuanto escuché aquello mis ojos se abrieron de par en par, debido al comentario que estaba soltando aquel bruto por la boca. El que se mereciera o no una paliza alguien no debería de correr por nuestra propia cuenta, si no quien debería encargarse sería las propias autoridades y si eso no surge efecto entonces quien debería encargarse sería la propia vida. Como suele decirse todos los pecados acabamos pagándolos tarde o temprano. Girándose rápidamente hacia la chica la cogió por el brazo y empezó zarandeándola hasta que comenzó a tirar de ella para que fuera con él.-JAJJAJJAJJAAAA.... es tan curioso ver como se protegen unos a otros... aunque pensándolo mejor, prefiero divertirme con está preciosidad.

El otro chico que era mucho más alto y parecía un mueble empotrado, se acercó hacia donde me encontraba tendido y me cogió sin apenas esfuerzo, sujetándome por los brazos de forma que los tenia pegados a mi espalda. Sin entender como me encontraba sujeto y sin poder reaccionar, sin poder defender aquella chica que había intentado proteger. ¿Qué podía hacer? Repetía mi subconsciente mientras vivía aquella escena que parecía sacada de una película de clase B.

-¡Oh! ¡Vamos! ¡¿No os da vergüenza!? ¡Por el amor de dios es una chica! Grité sintiendo un agudo dolor en el brazo, aquel tío me lo estaba retorciendo sin ninguna clase de esfuerzo y me sujeto por su otro brazo parte del pecho por mis repentinos bruscos movimientos para soltarme. ¡Debía ayudarla como fuera!

-¡Que te estés quieto coño! Vociferó justamente en mi oído tan fuerte que por un momento tuve que cerrar los ojos, apretando los dientes por que pensaba que me iba a dejar sordo. Mientras abría uno de mis ojos observé que arrastraba a la muchacha hacia las escaleras, subiendo estás uno a uno.-¡NNnnoooo! ¡Dejadla en paz! ¡Par.... Agachándome nuevamente en la ultima palabra me llevé la manos al estomago mientras maldecía una y otra vez mi poca fuerza, el no haber podido hacerles frente mientras veía a aquella chica tan asustada. Mirando hacia aquella dirección que se la llevaba volví a sentir otro golpe, notándome como me ardía la boca esta vez. El lugar donde había recibido el puñetazo esta vez había sido en la comisura de los labios.

Porque lo habia hecho? No habia explicación ante mis acciones ahora encima estaba poniendo en peligro a alguien que no tenia la culpa de lo que estaba pasando, era todo como un cumulo de cosas que previamente podía haber evitado cumpliendo las ordenes que se me habían asignado. Siempre habia consecuencias de todos los actos realizados y estaba viendo lo terroríficos que podían ser algunos, no sabia que los humanos podían llegar a ser tan crueles incluso como los mismos vampiros. El ver a mi padre cazar humanos no era lo mejor del mundo porque en parte mi madre lo habia sido pero entre ellos mismos hasta se mataban y maltrataban, abusaban de alguien nuevo y que no les habia causado algún daño. Como podía ser eso posible? Aun mi mente no estaba abierta a esa posibilidad porque nunca habia visto tal cosa.

Pensaba en como era mi vida hacia unas horas escapándome de casa y tan normal, todo mi trayecto y hasta donde fui a parar al otro lado del mundo, que podía hacer ahora para volver a casa? No tenia muchas posibilidades sino buscarme la forma de ello pero primero estaba claro que lo que tenia frente a mis narices tenia que desaparecer sea como sea. Algo me saco de mis pensamientos, una presión en el brazo que me obligaba a separarme de el y acabar en el otro lado de el. Me puse de pie mirándolo.- si tienes lo que hay que tener pégame y te arranco el brazo.- el tono amenazante salió sin darme cuenta.

Sentia como su mano seguía sujetándome del brazo con fuerza, mirándome de esa forma tan rara, cuando me quise dar cuenta esas asquerosas palabras salian por su boca como mismo se me revolvía el estomago. El corazón se me puso bien acelerado, el aliento de aquel chico tan cerca que podía olerlo, repugnante y asqueante. Gire la mirada al oir las palabras del chico que me habia ayudado lo tenia bien sujeto el mastodonte detrás de el, pensaba como hacer para librarnos y poder salir corriendo. Pero no sabia como hacerlo estaba todo demasiado confuso como para poder trazar un plan.

Cuando vi el nuevo golpe del chico me revolví en los brazos del hombre.- soltadme!! Dejadlo en paz! No sabes con quien estais dando.- dije con rabia apretando con fuerza los dientes moviéndome, mis colmillos se hacían notar entre mis dientes, la mirada clavada en el hombre que me sostenía con su fuerza. Pegue un tiron de mi brazo haciendo que me soltara con los brazos marcados-O nos soltais o lo vais a lamentar- los amenace sabiendo que ante ellos solo era una chica de la cual no preocuparse sino un objeto, pero ahora estaba bien cabreada. Me colgué de su cuello ancándole mis colmillos en su cuello sintiendo como su sangre se drenaba por los agujeros que habían hecho mis colmillos inundando mi boca de ella. No sabia cuanto de fuerza tendría que usar para conseguir detenerme pero no podía detenerme ahora que lo habia probado, no estaba acostumbrada a detenerme pero también podía oir los otros dos corazones cercanos a mi y la sangre manchando mi camisa y recorriendo mis labios bajando por la barbilla hasta el pecho.

Los desesperados gritos de aquella chiquilla se podían oír por toda la estación en el momento en el que estaba recibiendo los golpes, el que fuera yo en vede ella me calmaba, sin embargo, sabía perfectamente lo que le tocaría a la muchacha si no hacia algo tarde o temprano. Inesperado algo sucedió, ninguno de los presentes nos hubiésemos imaginamos en la vida cuando vimos con nuestros propios ojos aquella escena sacada de una película de vampiros al estilo “Crepúsculo”.

Sintiendo como me soltaba de golpe el grandullon fue directo hacia la chica y le acertó un golpe, sin embargo, éste se puso a gritar impulsivamente hacia ella mientras se agarraba una mano con la otra. En cuanto se giró un poco vi lo que estaba sucediendo y que no entendía; por donde se estaba agarrando la muñeca seguramente se encontraría rota, la dirección de ésta indicaba claramente que la tenía gravemente fracturada. ¿Qué demonios había sucedido? ¿Cómo y cuándo se la había roto? Me preguntaba mientras veía al otro vociferar como un verdadero histérico.

-¡Joder! ¡¿Pero qué mierda?! Gritó el atacante al dirigir una fiera mirada hacia la chica que se había abalanzado hacia el otro chico que minutos antes estaba acosándola, y que ahora de repente se encontraba inconsciente en los brazos de ella. Realmente no entendía lo que estaba sucediendo, como demonios se habían cambiado las tornas siendo ellos los heridos; especialmente el que se encontraba sujeto por los brazos de aquella chica.

¿Qué? Fue lo que salio de mis labios en cuanto mis ojos se cruzaron con aquel panorama que me tenía desconcertado, puesto lo que estaba viendo no sabía si lo estaba soñando y era simplemente que me había metido en una película de terror. El ver como aquella chica estaba prácticamente encima del chico, succionandole la sangre mientras parte de ésta seguía corriendo por su boca y camisa, convirtiendo todo de un color rojo intenso.

-¡Para! ¡Para, lo vas a matar! Grité con todas mis fuerzas acercándome hacia ella para agarrarla de los hombros y tirar, esperando que ya no fuera demasiado tarde para que muriera. ¿Por qué lo estaba haciendo? ¿Qué me empujaba a querer separar a aquella chica de ese chico y no irme corriendo? Fue lo único en lo que era capaz de pensar al intentar separlos y oía gritar al otro que se encontraba a varios metros de nosotros.-Para... ya nadie te hará daño...