Recien llegada (theresa)

Después de aquel momento en el que había conseguido asustarme por no ver bien su reacción, había hecho que sintiera miedo de algo desconocido, lo que nunca en mi tiempo como vampiro me había sucedido. Pero también había muchas cosas que no podía solucionar como el. Pude oír como aun el ritmo de su corazón iba disparado sobre los niveles normales no podía creer que tanto bombeo fuera por el susto del bosque, ahora cada vez se alimentaba de mi la curiosidad por saber que cruzaba su mente y lo que pudiera ser.- No te preocupes enserio, no tienes nada que explicar, tranquila.- sonríe suavemente.

La mire fijamente retirándole un mechón de su rostro.- no puedo pensar nada malo de ti.- comente mientras la miraba a la vez que ella se bajaba de mis brazos y se aproximaba a la puerta de la cabaña, la verdad que era bastante acogedora como se veía. Me gustaba el toque hogareño porque después de todo demasiado tiempo hacia que no vivía como un humano, tampoco era que pudiera empezar a hacerlo ya, el control se acoplaría a mi forma de ser para no ser capaz de herir a nadie por mas que mi instinto me llamase, sabia que nada de eso iba a ser fácil pero si quería conocer a alguien debía hacerlo y menos herir a la chica que estaba confiando en mi ciegamente.

Ayudarla no había sido ninguna obligación mas bien un placer, el poder ver sus ojos como centellas, sentir su cálida piel y oír el bombeo de su corazón latir con tanta fuerza que pareciera salir de su pecho. Estaba ahora a un lado mío con la puerta de su casa abierta como a la espera de que me acercara para tomar paso hacia la casa. Con algo de precaución di un paso acercándome hasta que por fin sin darme mucha cuenta acabe dentro de la cabaña, mire a mi alrededor.- muy acogedora.- comente volviendo la mirada hacia ella después de haberle echado un vistazo. La verdad que era como muy ella, no la conocía solo de hacia un momento y ya lo que era la casa se me acoplaba a lo que era ella.

Tal vez por simple amabilidad accedió entrar, pero para mi eso ya era un gran paso. Jamás había tenido algún invitado en casa, siempre eramos Buffy y yo,ni siquiera había algún cartero o algo a quien ver a diario ya que me encontraba en los alrededores de la ciudad lo que me tenía algo apartada.
Demian entró y cerré la puerta, el fuerte viento que corría allá afuera haría que se me llenase todo el interior con hojas que después no serían gratas de limpiar.

-Bueno... no es muy amplia pero estamos muy cómodas- dije refiriendome a Buffy y a mi. La cabaña era pequeña y de un solo ambiente. Traía una decoración muy sencilla además de contar con solo lo justo y necesario.



Avancé unos pasos y me senté sobre el unico sofá que tenía. Miré a Demian he hice unos golpecitos a un lado de mi invitándole a sentarse conmigo para conversar un momento.
Quería disculparme por lo ocurrido hace un rato, la verdad tenía mucha verguenza. Necesitaba encontrar las palabras adecuadas y explicar de algún modo razonable mi actuar para verme como una persona normal y no como una que en su mente tiene contacto con seres de historias y leyendas.

-Por favor dame la oportunidad de explicar lo de hace un rato...- susurré expectante de ver si se disponía o no de sentarse a mi lado para escucharme.